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De acuerdo a cifras de la Cámara Venezolana de la Construcción, la paralización del sector se ubica en alrededor de 92%. La construcción de grandes obras y edificaciones quedaron en el pasado y actualmente el sector sobrevive gracias a remodelaciones pequeñas de locales comerciales y restaurantes.
Por Corresponsalía lapatilla.com
El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción, Francisco Pimentel, detalló que, según una encuesta que aplicaron, los montos de inversión para ejecutar estos trabajos rondan los 200.000 dólares, lo que se traduce en obras pequeñas.
Durante una rueda de prensa en Valencia, Pimentel recordó que en la mejor época, el sector construcción logró aportar más de 7 % al Producto Interno Bruto, pero ahora no representa ni el 1 %. “Después de la industria petrolera, la construcción era el sector más importante del país”, acotó.
Precisó que en años anteriores, contabilizaban más de 1.700.000 empleos directos. Sin embargo, debido a la paralización de obras de gran infraestructura, hoy día la cifra se redujo a unos 30.000 obreros.
El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción destacó que la reactivación del sector, también pasa por contar con financiamiento bancario para poder ejecutar nuevas obras.
“Todos estamos clamando al Gobierno que necesitamos una apertura en el financiamiento y no solo en el sector construcción para promover nuevas obras, también lo necesitamos para el ciudadano que necesita tener acceso a ese financiamiento para poder adquirir una vivienda”, sostuvo.
Por otra parte, Pimentel señaló que se requiere el funcionamiento óptimo de los servicios públicos, como agua y electricidad, para tener una mejor producción.
“En Carabobo sufres de apagones, entonces ¿cómo puedes tener una industria productiva cuando la tienes limitada unas horas de producción?”, cuestionó.
El pasado 17 de mayo, el presidente del Centro de Ingenieros del estado Carabobo (CIEC), Franklin López, informó que la entidad carabobeña tiene una capacidad instalada para generar más de 3.700 megavatios (MW) entre seis centros termoeléctricos, pero actualmente solo se están generando entre 70 MW y 80 MW, de los 850 MW que se necesitan para satisfacer la demanda.
Apuntó que en años anteriores, cuando en la Zona Industrial de Valencia había mayor actividad, la carga eléctrica se ubicaba en 1.600 megavatios.
Modificación de leyes
El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción manifestó que se deben modificar algunos instrumentos jurídicos como la Ley de Protección al Deudor Hipotecario y la Ley contra la Estafa Inmobiliaria que, aseveró, limitan el desarrollo de la actividad en el sector.
Pimentel explicó que el artículo 23 de la Ley de Protección al Deudor Hipotecario hace referencia a que solo se pueden comprar y vender viviendas en un monto fijado en bolívares, lo cual considera inviable en un país que se ha ido dolarizando.
“Establece claramente que tú no puedes vender viviendas en moneda extranjera. En un país que se ha venido dolarizando, yo no puedo fijar un precio de una vivienda en bolívares hoy, para entregarla dos o tres años después, que es lo que puede llevar cualquier desarrollo inmobiliario su construcción. Esa ley cumplió un momento específico en el que el bolívar estaba en moneda dura y se podía, pero en este proceso económico, esa ley hay que modificarla porque no es posible”, argumentó.
Además, indicó que en el caso de la Ley Contra la Estafa Inmobiliaria “hay un artículo que establece que el costo de la vivienda va a venir dado por el costo del terreno, el costo de construcción y el costo de financiamiento. No establece una utilidad para el empresario, para el promotor de esa vivienda. Los constructores no somos hermanitas de la caridad, toda empresa trabaja por tener un beneficio económico, eso pasa por poder mantener a nuestras familias y obreros, por lo que es necesario hacer esas modificaciones en ese piso jurídico”.
Apuntar a la exportación
Pimentel afirmó que los materiales que se están produciendo en el país, son suficientes para cubrir la demanda para los trabajos de remodelación.
No obstante, puntualizó que cuando se vuelvan a realizar grandes obras de construcción, es necesario establecer alianzas entre el sector público y privado, debido a que la industria principal de hierro y las cementeras están en manos del Estado. “Para tener una reactivación, necesitamos que esas empresas nos acompañen en ese crecimiento”, añadió.
El presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción subrayó que el país tiene gran potencial para exportar materia prima, por lo que opinó que ese debe ser el norte. “Eso va a generar más riquezas al país, beneficios para el ciudadano, más empleos”, expresó.
Capacitación
Por su parte, Vicente Berzal, presidente entrante de la Cámara de la Construcción en Carabobo, aseguró que la entidad carabobeña no escapa de la realidad que enfrenta el sector a escala nacional.
Refirió que para el periodo 2023 – 2025, la nueva directiva de la Cámara de la Construcción en Carabobo se enfocará en la formación y capacitación de sus agremiados, debido a que actualmente la actividad de las constructoras es muy baja.
“Estos otros sectores económicos como comercios, alimentos, farmacias, nos han generado algo de trabajo. La construcción está trabajando gracias al crecimiento de estos otros sectores, pero nuestro propio sector, construir viviendas, centros comerciales, eso está paralizado”, reiteró Berzal.