- La conversación tuvo lugar en un seminario organizado por la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información (ACTI), en alianza con el estudio de abogados Albagli Zaliasnik (AZ), para conversar acerca de cómo regular el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en Chile.
A fines de julio se llevó a cabo el Seminario “Compliance en la IA: cómo ayudar a potenciar negocios y conseguir nuevos inversores?”, organizado por la Asociación Chilena de Empresas de Tecnología de la Información (ACTI), en alianza con el estudio de abogados Albagli Zaliasnik (AZ), para conversar acerca de cómo regular el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en Chile.
El tema fue abordado desde una perspectiva legal y de Compliance (cumplimiento normativo) por Constanza Pasarin, abogada asociada de Albagli Zaliasnik (AZ) y miembro de la mesa legal, ciberseguridad, inteligencia artificial & mujer y tecnología de la ACTI; y
Romina Garrido, subdirectora de GobLab en la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), donde desarrollan un proyecto de algoritmos “éticos”, de la mano del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para generar una IA responsable.
“El Compliance es sumamente importante, no sólo porque la ley lo dispone, sino porque también ayuda a la autorregulación de las empresas. Así, se puede evitar infracciones, multas y hasta penas de cárcel, pero por sobre todo, daños reputacionales que hoy en día son fundamentales”, explicó Pasarin, añadiendo que una compañía puede incluso quebrar si es que no hay confianza de los clientes o de los proveedores y partners comerciales.
En esa misma línea, se refirió a la nueva ley de delitos económicos que ha dado qué hablar esta semana, al responsabilizar a personas naturales, como los directores, y también a personas jurídicas. “Y ya no sólo con pena de multas, sino que también de cárcel”, dijo.
Garrido, por su parte, sostuvo que hoy es importante que las empresas tengan en consideración temas relacionados con la ética de los algoritmos para potenciar los negocios. “Podemos prevenir discriminaciones y sesgos, ayudar a proteger la privacidad de las personas, evitar riesgos en ciberseguridad y más acciones que nos permitan proteger el core de las organizaciones”.
Cuando la inteligencia artificial y el uso de algoritmos o de ciencia de datos comienza a causar impactos que son visibles para las personas, empiezan los debates sobre las reglas que deberían regir estos sistemas, una ética en la IA. “Pero es una ética que tiene que estar en las personas que trabajan en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial, más que en la tecnología propiamente tal”, comentó la experta de la UAI.
En ese contexto, mencionaron que incluso la Ministra de Ciencia ha declarado que Chile debería contar con una regulación de IA. De hecho, su cartera está trabajando en la actualización de la Política Nacional de Inteligencia Artificial, principalmente en reforzar el eje de ética de la tecnología, apoyado por la UNESCO.
Para cerrar, ambas expositoras coincidieron en que una empresa “confiable”, que se preocupa por el proceso, por ser transparente con su entorno, y por evitar sesgos en la inteligencia artificial, “podrá asegurarse de que su negocio va a escalar y que tendrá un buen recibimiento del público y del mercado”.
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