Recorrió un largo camino desde pequeña y cada paso estaba perfectamente sincronizado hacia la grandeza. Se aventuró en el mundo de las artes escénicas, asumió los riesgos y aprendió el libreto sin fallar. Su mayor virtud es el optimismo y cada logro es la recompensa. Los espectadores en el mundo admiran con orgullo, pues una estrella latina es la protagonista. No hablamos sobre el tráiler de una serie, se trata de la historia real de Adriana Vásquez.
Demostró pasión como bailarina, productora, actriz y modelo, aunque ahora puso a prueba sus aptitudes en una icónica producción infantil y superó el reto: Se convirtió en el nuevo talento de Nickelodeon. La venezolana risueña contó a La Patilla cómo fue la ardua preparación para cumplir su sueño, dejó descubrir su faceta más extrovertida y arrojó pistas sobre sus próximos proyectos creativos.
Pero antes de llegar a norteamérica, Adriana se formó en las artes escénicas. Desde pequeña, comenzó a estudiar danzas tradicionales y expresión corporal, para luego especializarse en danza contemporánea y teatro.
“Soy de Carúpano, estado Sucre. Me formé en el Ateneo de Carúpano con todas estas ramas de las artes escénicas y luego me mudé a los 12 años a Barquisimeto, donde me formé en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo. Fui parte del Coro de Orquestas del Conservatorio y también hice estudios musicales allí”, expresó.
A los 16 años, se mudó a Caracas para estudiar Licenciatura en Danza Contemporánea en la Universidad de las Artes (UNEARTE). Durante su estancia en la capital empezó a hacer teatro, hasta que un proyecto de vida se apoderó de ella y emprendió hacia nuevas latitudes.
“La idea de migrar a Toronto primero que nada fue la meta profesional, querer estudiar actuación fuera de Venezuela en una ciudad como esta, que es súper conocida a nivel mundial como una de las tantas mecas del cine y la televisión”.
La joven carupanera se matriculó en la Toronto Film School, una de las escuelas de cine más prestigiosas de Canadá, pero el proceso de transición no fue sencillo.
“Definitivamente, el idioma es el reto más grande que existe especialmente para cualquier emigrante que viene a mudarse a un país con un idioma distinto. Pero en mi caso aparte, por ser actriz, definitivamente el idioma fue todo un reto. Llegué aquí y ya durante el mismo año que estaba estudiando en esta universidad y pues incluso hacer la carrera de actuación en un idioma completamente nuevo fue bastante retador. Tomó esfuerzo hacer ese trabajo extra para no solo quedarme con lo que tenía, sino cómo podía en mi tiempo libre incluso estudiar más, esforzarme más para entender y hacerme entender”, relató.
Para complementar su formación, tomó clases de acento y otros cursos para mejorar su pronunciación y dicción, aunque el idioma no fue el único desafío que enfrentó Adriana. Como actriz venezolana, admitió que también tuvo que amoldarse a un nuevo mercado, entender cómo funciona en Canadá, y destacar en su entorno.
“Había que hacer esa transición y ese ajuste de entender qué es lo que buscan aquí y cómo puedes venderte de esta manera. Fue una de las partes retadoras de ese tiempo, y que sigue siendo, porque siempre estamos aprendiendo y siempre hay algo que aprender”.
La joven destacó la importancia de ser auténtica y presentar una identidad propia en un mercado tan versátil como el de la actuación. “En mi caso, tengo un sello natural con el que nací, que es ser latina, ser venezolana y también carupanera. Siento que ese es el sello que uno tiene y pues la tarea es cómo poder presentar eso de una manera genuina, con el amor que tienes por lo que haces, con la pasión que tienes por lo que haces”.
Pero más allá de todo eso resaltó que la confianza es la clave para lograr consistencia en el mundo de las artes. “Es una carrera de paciencia y confianza en ti mismo, no con más nadie, no con un tercero, incluso, ni siquiera con los directores o productores que te vayan a elegir en el futuro. Es cuando te enfocas en ti mismo y en lo que quieres promover. Creo que ahí es donde la magia sucede y es lo que he experimentado”.
Y es justamente, la identidad artística que más debe reforzar Adriana a pesar de las múltiples facetas, porque aunque reconoce que su formación inicial se basó en la danza debido a su pasión por el baile, logró definirse y profesionalizarse como actriz, lo que hoy por hoy la ha llevado a hacerse un nombre en la industria de la televisión.
Desde los cinco años, la criolla era fan de la icónica serie “Las Pistas de Blue” y nunca imaginó que tendría la oportunidad de formar parte del show infantil. Detalló que participó en un casting integral donde demostró las habilidades y conocimientos adquiridos durante su carrera.
“Mi agente canadiense me llamó para preguntarme si conocía este show. Obviamente le dije que sí. Ella me dice: ‘Están buscando una persona auténticamente latina, que suene latina, quieren eso muy específico’. Me lo mandó y pues hice la primera fase, donde tuve que grabarme actuando una parte del libreto. Luego, mandé una canción porque tienen que observar otras destrezas, de canto y también de baile”.
“Después, me llamaron al ‘go back’, que es lo que llaman aquí cuando te necesitan de vuelta. Ya a ese punto hay un filtro de 7 u 8 personas. La última fase en ese proceso fue el del ‘chemistry read’, que se llama la lectura de química, es cuando quieren probarte con, por lo menos en este caso, Josh, que es el protagonista de la serie con la perrita Blue. Prueban cómo es tu dinámica y química con Josh para así ver cómo se ven en cámara. En ese momento, quieren conocerte, hablar contigo, saber de ti, ver cómo te expresas (…) a los tres días me notificaron que el personaje era mío”, aseveró.
La protagonista de la cuarta temporada de “Las Pistas de Blue” disfrutó su incursión en Nickelodeon. Confesó que se sentía muy feliz al exhibir sus conocimientos durante las tres fases de selección y complacida de vivir esa experiencia después de ser la primera venezolana de la famosa serie.
“No consigo otra mejor palabra para expresarlo y para describirlo: Me estaba gozando ese proceso. Recuerdo que incluso, fue uno de esos proyectos donde estás audicionando y ni siquiera estás realmente pensando mucho en la meta final, sino que para mí ya era una gran victoria poder ser vista y tomada en cuenta por los productores, que mi arte pudiese ser de alguna manera visto y admirado por personas de este medio en una televisora tan gigante”.
“Una vez que llegué a la meta final fue cuestión de celebrar, de realmente procesarlo y decir: ‘wow, ya estamos aquí y pues vamos adelante’, y todo el proceso, hasta todas las grabaciones, hasta el último momento que grabé de la temporada, que ya se finalizó, durante todo el tiempo simplemente me sentí muy agradecida. Fue como una catarsis estar en un set, conectar, muchos elementos de este trabajo que te hacen conectar con tu niña interior, con muchas experiencias de mi pasado cuando trabajaba en fiestas infantiles para niños”, añadió.
El personaje de Miranda en “Las Pistas de Blue”, al igual que Adriana, es alguien muy positivo que siempre busca el lado especial de las cosas. La actriz reveló que hay muchas similitudes entre ella y su representación en el popular show de Nickelodeon.
“Miranda es muy positiva, y yo gracias a Dios eso es lo que puedo ver en mí también. Al final del día siempre hay una posibilidad para resolver la situación que se está haciendo. Ella rápidamente siempre tiene una manera de arreglar algún problema, para salir de las dudas y conseguir las pistas. Considero que soy una persona que al final de cuentas siempre está buscando ver el lado brillante de la situación, de la experiencia, cómo al final se debe estar agradecidos con lo que está sucediendo, buscar nuevas oportunidades y ver lo bonito de la vida“.
Pero lo que más le encantó a Adriana fue trabajar con el estelar Joshua Dela Cruz, tanto, que lo catalogó como una experiencia maravillosa. “Cada una de las veces que regresé al set, cada uno de los capítulos que me tocó grabar con Josh fueron súper especiales”, dijo. “Él es un muchacho muy especial. Lo que la gente ve en cámara no es ni la mitad de lo que se puede ver en Josh. Es bondadoso, bien generoso como compañero de escena. Te da todo lo que necesitas, te apoya, está allí y cuando no estás grabando tiene un sentido del humor buenísimo, entonces pasas todo el día riéndote”, resaltó.
La oriunda de Carúpano recordó el especial momento de su bienvenida al set cuando el equipo le notificó que su personaje lo iban a desarrollar completamente venezolano.
“Miranda no era un personaje venezolano, en un principio. Simplemente era un personaje pensado en ser latino y tenían pensado hacerlo mexicano. Era como la primera versión que tenían en su mente del personaje de Miranda y fue súper especial entrar al set y que te digan: ‘Lo acabamos de cambiar y Miranda ahora va a ser venezolana, porque tú eres venezolana y queríamos que estuviese enlazada a ti’“.
Por esta razón, Adriana comentó sobre la importancia de la diversidad cultural en los programas de televisión infantiles y cómo impactan de forma positiva en los niños.
“Nunca escuché una referencia sobre un venezolano en programas de televisión para niños. Creo que definitivamente es súper importante y a nivel general, hace días me llegó un mensaje de una madre que proviene de un país del Medio Oriente. Su hijo vio a Miranda por primera vez en este capítulo, y le dijo: ‘Mira, mamá, eres tú cuando eras joven’ (…) Ella escribió con esta alegría y dijo: ‘No soy latina, pero qué bonito que mi hijo me haya podido ver en alguien como tú y en este personaje’. Ese tipo de cosas me llenan muchísimo. Nunca tuve esa experiencia como ese niño y es un orgullo gigante saber que por medio de mi trabajo hay niños que están sintiendo eso”.
Adriana es una artista versátil que anteriormente participó en “Billy The Kid”, una trama completamente distinta a la que desarrolló hace poco. Como buena actriz, encontró la forma de adaptarse y entender su rol en el nuevo personaje. “Son proyectos súper diferentes, específicamente estoy hablando de ‘Billy The Kid’, que es una serie del Lejano Oeste ambientada en 1880, donde incluso mi papel era como mexicana, completamente distinta. Creo que son tan distintivos los proyectos que no te puedo decir que la palabra sea fácil, porque no es necesariamente fácil, pero sí es natural, genuino”, afirmó.
En este sentido, explicó: “‘Billy The Kid’ se grabó en Calgary, que es en una parte del oeste de Canadá, un área donde realmente te sientes como si estuvieses en la Texas de 1880. Una producción de MGM, literalmente, entras al set y ya estás en 1880. O sea, increíble la producción de este calibre. Entonces, realmente esos elementos te ayudan muchísimo a sentirte que ya te teletransportaste. Y en el caso de ‘Las Pistas de Blue’, es una producción que se hace más que todo en pantalla verde. Hay mucha imaginación de por medio, juego de por medio, realmente tienes que conectarte con tu niño interior para poder sacar este trabajo a flote”.
A partir de su paso en “Las Pistas de Blue” es evidente que nuevas aventuras se avecinan para Adriana. Sin embargo, las mantiene bajo llave hasta que llegue el momento indicado de revelarlas. Aún así, pidió especial atención a sus redes sociales, el medio donde suele compartir los próximos proyectos.
“Lo que sí te puedo contar es una película de Navidad que va a salir a finales de este año, que está bien linda y hermosa. También tenemos representación latina porque obviamente donde sea que yo vaya, soy latina, llevo mi sangre latina y en la película se va a sentir bastante eso. Y otros proyectos que realmente no puedo hablar ahora, pero sí que estén muy pendiente de mis redes sociales, que por ahí es donde siempre los publico”.
Adriana Vásquez es una joven entusiasta, con enfoque y determinación que lleva el nombre de su país tatuado en su mente y corazón. Con los pies en Canadá, acompañada de sus fieles recuerdos, describió que extraña los sabores de su tierra y el calor de su hogar. “Las empanadas de cazón. Quizás, uno puede hacerlas, pero pararte cualquier día de tu vida y caminar hasta la esquina y comerte una empanada de cazón hecha por la señora de allí, que se ha parado en ese sitio durante 50 años; pero también mi familia, tengo mucha familia en Venezuela y eso definitivamente es una de las cosas que más extraño.
¿Cómo te defines?
Alegre, positiva y consistente.
Prenda infalible
Un suéter.
Placer culposo
Las comedias románticas.
¿Algún postre en particular?
Soy amante del helado.
Talento oculto
Hago un asado negro buenísimo.
El peor temor
Lo primero que me vino a la mente es la muerte de mis padres.
Una virtud
El positivismo. Una vez más creo que es una virtud que tengo y que me caracteriza y que la gente siempre me lo dice.