Periodistas de Nicaragua, Venezuela, El Salvador y Cuba denunciaron este viernes el trauma personal y profesional que significa tener que exiliarse para esquivar las “amenazas” de los regímenes de esos países, con las que intentan “amordazar” la libertad de expresión y prensa.
En la mayoría de casos dejan de ejercer el periodismo y de contar lo que pasa en su país por “temor”; sus familias siguen allí, donde son conocidas y vigiladas por las autoridades; las fuentes informativas también tienen miedo a hablar, incluso de manera anónima, y la vida suele ser mucho más cara en el extranjero.
Néstor Arce (Divergentes, Nicaragua), Gabriela Cáceres (El Faro, El Salvador), Yadiris Luis Fuentes (Eltoque.com y ADN, Cuba) y Alonso Moleiro (colaborador de varios medios en Venezuela y El País de España) participaron hoy en la 78ª. Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en Madrid.
Fue en la mesa redonda “Por cada golpe a la libertad de prensa, un nuevo defensor”, moderada por el periodista de la Agencia EFE Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras España; y Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP y director de La Voz Interior (Argentina).
También Miguel Otero (El Nacional, Venezuela), habló de la gran “diáspora” de periodistas venezolanos, que supone una “anulación” de su profesión, y apuntó que la SIP debería poner “énfasis” en ello.
La asociación Venezuelan Press de España agrupa a unos 400, pero solo el cinco o diez por ciento ejerce la profesión, según dijo.
Moleiro, a su vez, constató la “importante cantidad de periodistas en el exilio”, además de casos como el de Roland Carreño, dos años preso acusado de “asociación para delinquir” y sin juicio abierto, aseguró.
A pesar del chavismo, del régimen del presidente Nicolás Maduro y de la “censura”, valoró y agradeció que en Venezuela todavía haya periodistas que ejercen su deber cívico. Aunque advirtió de que la libertad de prensa se deteriore aun más y “pronto” se asemeje la situación a Nicaragua.
Néstor Arce indicó que hay más de 180 periodistas nicaragüenses en el exilio que salieron por puntos irregulares de la frontera con Costa Rica para poder asegurar la vida y seguir informando de la realidad del país.
Aseguró que la libertad de prensa sufre un deterioro progresivo desde que Daniel Ortega regresó a la Presidencia (2007); el poder ha ido “minando” todos los espacios de información independiente, ha comprado medios y trata de “manipular” las redes sociales.
“Nicaragua es el único país del hemisferio sin un único periódico impreso”, lamentó.
A pesar de la “represión”, el periodismo nicaragüense “resiste”, se ha reinventado, desde Costa Rica, EEUU, México o España, donde profesionales tratan de seguir informando sobre su país, aunque tienen que vivir con sueldos nicaragüenses donde la vida es tres o cuatro veces más cara.
“Pero una lástima que se pierdan grandes periodistas por ese miedo”, apostilló.
Gabriela Cáceres, que salió de El Salvador en enero pasado de manera “preventiva”, denunció la persecución “muy directa” del presidente Nayib Bukele a su medio (El Faro) y al periodismo de investigación en general, los medios con “vigilados” y “espiados”, y probablemente empeore la situación, apuntó.
Yadiris Luis Fuentes explicó que el periodismo independiente es la “diana” del Gobierno y el Código Penal de la “dictadura cubana” para silenciarlo; y los profesionales que lo ejercen desde el extranjero “van a la cárcel si vuelven”.
El “régimen” se dedica a “desprestigiar” a los periodistas (“mercenarios, vendepatrias”), y la comunidad internacional “a veces hace oídos sordos”, resaltó.
Por eso, “la mayoría estamos en el exilio y luego no nos atrevemos a contar nuestras historias”, comentó, pues necesitan “terapia” y adaptarse a otras sociedades. En Cuba, sintetizó, “no nos quieren presos, nos quieren fueran del país”.
Al margen, otros participantes en la asamblea alertaron del “deterioro” de la libertad de prensa en países como Perú y Guatemala y falta de protección (o insuficiente) de periodistas colombianos, y pidieron acabar con la “impunidad” penal de los autores de crímenes contra estos profesionales.
Con información de EFE