Sacerdotes y pastores evangélicos, advierten que la interpretación de libros de La Biblia como el Apocalipsis, cargado de simbolismo porque fue escrito en un contexto de persecución de la comunidad cristiana por el imperio Romano, siguen siendo distorsionados por personas con mentalidad fanática religiosa, política o cultural, que logran persuadir a ciudadanos con grandes inseguridades y carencias emocionales, hasta apartarlos de la religión, y hacerlos creer teorías falsas del “fin del mundo” en pleno siglo XXI.
“El fanatismo es el modo de asumir el hecho religioso como una tabla de salvación ante los miedos y la incertidumbre. Las personas que caen en esta situación son de gran vulnerabilidad y encuentran en un líder religioso irresponsable la manipulación, al punto de terminar perdiendo su libertad”, explicó Alfredo Infante, sacerdote jesuita.
Indicó que en tiempos de grandes incertidumbres humanas, económicas y sociales, surgen los fundamentalismo, es decir, personas que se refugian en la religión pero descontextualizando la palabra de Dios, viviendo una fe muy cerrada y aferrándose a verdades absolutas. “La palabra religión, proviene del latín ‘relegere’ que significa estar ligado, vinculado con la transcendencia con Dios”, mencionó.
Oswaldo Araque, vicario de la Arquidiócesis de Barquisimeto, define la religión católica como un encuentro de una persona con Jesucristo, “Él nos salva, nos libera, nos hace más libres y capaces de amar, servir. Nos traza un camino en la libertad y dignidad humana”, refirió.
Para Álvaro Rea, pastor evangélico de la iglesia Buenas Nuevas del Este, la fe religiosa cruza la línea delgada del fanatismo cuando se juntan la irracionalidad con la intensidad emocional. “La religión tiene que ver con la búsqueda de Dios basado en un conjunto de valores que se alinean con la fe”, comunicó.
Rea alega que esa combinación de irracionalidad e intensidad emocional en muchos casos puede terminar en violencia personal o colectiva. En la Edad Media, las cruzadas dejaron como saldo la quema en la hoguera en nombre de Dios, de miles de personas que fueran consideradas poseídas por espíritus.
El sacerdote Raúl Herrera, párroco de la iglesia Jesús de Nazareth, recordó que incluso por el fanatismo de los judíos, Jesucristo fue asesinado en nombre de Dios. Un caso más cercano de fanatismo se registró en 1978 en Guyana, límite con el sur de Venezuela. Un hombre de nombre Jim Jones, provocó un suicidio colectivo de 918 personas, animándolos a ingerir cianuro, en búsqueda de un “paraíso socialista”.
“Hay personas que entran en fanatismo religioso pero la palabra de Dios no es de interpretación privada, se estudia para que nadie haga interpretación personal. Los ministros de la iglesia para entenderla estudian hermenéutica, homiletica, las parábolas, estudian a los profetas, las epístolas, para darle la interpretación correcta y no caer en fanatismo que lleve a las personas a aislarse de la sociedad”, mencionó Keison Carrillo pastor de la Iglesia Misión Cristiana.
El padre Raúl Herrera señala que uno de los libros de la biblia que ha tenido una mala interpretación a lo largo de la historia es el Apocalipsis. “El libro del Apocalipsis fue escrito durante la persecución del Imperio romano a los cristianos, y los cristianos para burlar la persecución escribieron en claves y símbolos que solo la comunidad cristiana entendía. El dragón de los siete cuernos se refería a Roma y las siete colinas de Roma. El Anticristo se refería a quienes eran contrarios de la doctrina cristiana como el emperador romano, o cristianos que se separaban del legado de Jesucristo. Entonces la palabra apocalipsis significa revelación, que da esperanza en medio de las persecuciones”, apuntó.
“Mi familia es débil de mente”, con esa frase Richard Luna, resume lo ocurrido en La Grita, municipio Jáuregui del estado Táchira durante 21 días, por la desaparición de 16 personas, entre ellas seis menores de edad, uno de un mes de nacido, quienes se internaron en el páramo La Negra, a tres mil metros sobre el nivel del mar y a temperaturas de cero grados centígrados, influenciados por Rosa García Morales, de 58 años. Una mujer que asegura haber hablado con la virgen y predecir la fecha del “fin del mundo”.
El caso tuvo amplia cobertura en medios nacionales e internacionales, generó una preocupación colectiva y hasta movilizó el más grande despliegue de seguridad que se ha registrado en Venezuela en los últimos tiempos, con 160 funcionarios entre Protección Civil, Inparques, Policía Nacional, Guardia Nacional, CICPC, unidad de drones y una unidad canina. El 8 de septiembre en la noche fueron rescatados sanos y salvo en una finca, rezando, alegando estar en un retiro espiritual, según comunicó el gobernador de Táchira, Freddy Bernal.
“La búsqueda empezó el 18 de agosto luego de la denuncia del padre del bebé recién nacido. Ese día ocho funcionarios de Protección Civil de Jáuregui iniciaron la búsqueda en La Grita. Seis días después al haber superado sus capacidades se activaron ocho funcionarios más de Protección Civil Táchira, y se sumaron los demás organismos se seguridad. Al principio los operativos se realizaban de cinco de la mañana a cinco de la tarde, pero a medida que transcurrían los días se activó la búsqueda nocturna, que era difícil porque a partir de las tres de la tarde descendía la neblina en la montaña”, informó a LA PRENSA Yesnardo Canal, director de Protección Civil Táchira.
Para Piedad Veloso, médico psiquiatra, el hecho de que este grupo de personas se internaran en una montaña, con niños pequeños, sin poder ver los peligros que eso representaba, con la idea de “refugiarse del fin del mundo”. Es una clara evidencia de fanatismo.
Aclara que el fanatismo no es una enfermedad mental, como muchas personas creen. Un fanático es quien tiene ideas sobrevaloradas, que no acepta que nadie las critique. La impone con autoritarismo, se obsesiona con esa idea única. Puede haber fanáticos deportivos, ideológicos, religiosos y hasta culturales.
La patología de una persona fanática es que se caracteriza por estar llena de inseguridades, de miedos. “Generalmente son personas que han tenido traumas infantiles, carencias, que vienen de pasar situaciones difíciles y usan esas ideas sobrevaloradas como una forma de compensar sus miedos y realidades. La más común es el fanatismo religioso, porque cada vez que estamos conectados con la idea de la muerte, del fin del mundo, eso nos lleva a conectar con nuestros más profundos miedos. Mientras más miedo más intransigente es una persona fanática y menos acepta una modificación de sus creencias. Es como una seguridad exagerada”, explicó Veloso.
Sostiene que un fanático cuando se relaciona con ciudadanos de características similares, es decir inseguridades y traumas, y con un conocimiento psíquico muy bajo, porque tienen baja autoestima, son personas vulnerables, se vuelven presa fácil para ser manipuladas.
“Si esa persona está alrededor de una gran necesidad, de un respaldo, de un poder mayor que los proteja por las necesidades que tiene un país como Venezuela, no es difícil creer que se hayan ido como ovejas atrás de un pastor“, comentó.
Apunta que una de las cosas que protege a la sociedad de falsos profetas o fanáticos es tener salud mental. “No existe educación mental en Venezuela. Como no hay psicoeducación es muy fácil que estas personas por desconocimiento de cómo funcionan, desconocimiento de personas infantiles caigan en manos de fanáticos. Uno debería ir al psicólogo o psiquiatra cada vez que sienta inseguridades“, recomendó.
Félix Gil, antropólogo, señala que la manera más fácil para identificar a un fanático religioso es saber que la fe no se puede imponer. “La fe tiene que ser un conocimiento profundo de los seres humanos, de una racionalidad. Ahorita los venezolanos tenemos tanta incertidumbre, tanta violencia intrafamiliar, de género, esas condiciones son caldo de cultivo para que aprovechadores como Rosa Edilia García, quieren pescar en río revuelto con teorías del fin del mundo”, manifestó.
Asegura que personajes que dicen tener un poder especial, lo que realmente hacen es jugar con la esperanza de la gente. El pastor Álvaro Rea, señala que en la biblia la palabra de Jesús explica que nadie sabe el momento y la hora del fin del mundo, sólo Dios. “Yo no puedo interpretar algo de la biblia fuera de lo que los profetas o Jesús han dicho”, enfatizó.
Trino Márquez, doctor en ciencias sociales, sostiene que lo ocurrido con esta dos familias en Táchira, son visiones del ultra catolicismo. “Esto se llama visiones milenarista, porque a finales del primer milenio, algunas sectas pensaron que el mundo se acabaría. En Venezuela resulta extraño y desconcertante que par de familias se hayan dejado convencer por esta señora, para irse a meditar a un páramo”, opinó.