Por: Juymar García
Impactados, horrorizados, traumatizados, son pocos como adjetivos para darle connotación a las fuertes imágenes que rondan las redes sociales sobre la triste decisión que tomó Drake Hardman, un niño de tan solo 12 años, quien vivía acoso escolar en una escuela de Utah, Estados Unidos.
Y es que nadie sabe lo que está en la mente o sentimientos del otro, nunca paramos de vivir en nuestro mundo personalísimo, cada cual está en lo suyo, en sus problemas y aunque se trate de un hijo, no podemos estar dentro de sus grandes penas.
El tema la depresión y el ultimo eslabón de ella que es el suicidio van estrechamente ligados a los traumas que desde niños albergamos en nuestra mente.
Pero para hablar de una decisión como esta que deja fracturada a cualquier familia y tenga la edad que tenga la persona que decide quitarse la vida, debemos tener mucho cuidado.
Los espacios periodísticos tenemos la obligación de hacer prevención oportuna y no promoción de casos que a diario se dan en el mundo.
Es irresponsable reseñar a diario noticias de suicidios y no afrontar que estamos trabajando mal, que se nos está haciendo común escribir que se suicidó este o aquel, que se investigan las causas, si no hacemos prevención ante este flagelo que se está normalizando como una noticia más y que se ha agudizado en estos dos últimos años.
La gente no se suicida porque está loca, porque es cobarde o porque es más valiente, la gente se suicida porque no aguanta las cargas que llevan en su mente, porque no ven salida a algún problema que si bien es cierto viene de algún fallo en su salud mental, también lleva una inmensa distracción por parte de quienes son sus más cercanos, como la familia, amigos.
El abordaje de los problemas debe hacerse de frente y con autoridad, estar al tanto de que a nuestros niños se les está llevando a afrontar solos el maltrato escolar, por ejemplo, no puede ser visto a la ligera.
Hacernos la vista gorda y ver todo como “bromas pesadas” puede convertirse en una catapulta a desenlaces fatales como el caso de Drake.