El presidente interino de Venezuela, , anticipó ayer que si en el diálogo que empezó el 13 de este mes en México entre oficialistas y opositores de su país se logra un acuerdo para rescatar la democracia venezolana y avanzar a comicios libres, justos y verificables, el proceso repercutirá en la “democratización” de Cuba y Nicaragua.
JOSÉ MELÉNDEZ // EL UNIVERSAL DE MÉXICO
En entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL, Guaidó dijo que de México “podría surgir la solución a lo que la catástrofe venezolana representa para América”.
La negociación de ambos bandos venezolanos en la capital mexicana, cuya primera etapa se realizó del 13 al 15 de este mes y la segunda será del 3 al 6 de septiembre próximos, será crucial para el hemisferio, recalcó en la entrevista, que se realizó entre Caracas y San José en un enlace de audio y video por internet.
De 38 años, casado con la venezolana Fabiana Rosales en una unión de la que nació Mariana, e ingeniero industrial, el opositor Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez emergió a la escena política mundial en enero de 2019.
Como presidente de la Asamblea Nacional, Guaidó desconoció la reelección presidencial en 2018 de Nicolás Maduro para el periodo 2019-2025 y, apegado a la Constitución de Venezuela, alegó que fue ilegal y el 23 de enero de 2019 se proclamó como presidente interino de la nación.
Ese día lanzó tres metas: terminar la usurpación presidencial de Maduro, dirigir un gobierno transitorio y llamar a comicios libres para el regreso de la democracia.
El mandato de Maduro fue desconocido por más de medio centenar de gobiernos que reconocieron a Guaidó.
Con dos mandatarios, la pugna ahondó la peor crisis socioeconómica en Venezuela del siglo XXI por falta o encarecimiento de medicinas, alimentos y artículos básicos, hiperinflación, devaluación y deterioro salarial, en un éxodo de más de 6 millones de venezolanos al exterior.
Comitivas de Maduro, en defensa del socialismo y con Rusia como país amigo, y de Guaidó, a favor del capitalismo y con Holanda, abrieron el 13 de este mes en la Ciudad de México una fase de diálogo tras el fracaso
de vías similares en República Dominicana en 2016, 2107 y 2018, y en Noruega y Barbados en 2019.
Con mediación de Noruega, un punto vital será que, a cambio de que Maduro se despoje del control electoral por el que se tildó de fraudulento, e inserte profundas reformas para que haya elecciones libres, justas y verificables. Estados Unidos flexibilizaría las sanciones económicas contra Caracas que golpearon las finanzas oficialistas.
EU alegó que Maduro violó los derechos humanos y la libertad, reprimió a sus rivales y rompió el orden constitucional. Maduro rechazó los cargos y responsabilizó a la “guerra económica” de los líos internos, por lo que la exigencia de que EU levante las medidas punitivas será su prioridad en México.
El siguiente es un extracto de la entrevista:
¿Se juega usted su última carta en México?
—La democracia siempre tiene espacio de lucha, conquista y desarrollo. En Venezuela no estamos en una contienda de tú a tú. Esa es una distorsión que ha querido vender la dictadura. Nos agrupamos para construir unidad y, en este momento, con la Plataforma Unitaria como oposición legítima.
Lidero este proceso para recuperar la democracia y equiparar la vulnerabilidad con la que nos enfrentamos a la dictadura. Mientras estamos conversando, mi equipo [de aliados políticos] sigue en la clandestinidad.
En los medios de comunicación venezolanos no se me puede llamar ni siquiera por mi nombre o hacer referencia, porque censuran al medio.
Una mesa de negociación no es un acuerdo: es una propuesta para solucionar la terrible catástrofe humanitaria de Venezuela, recuperar la democracia y convertir la ruta electoral en una solución si hay condiciones y garantías.
Reducir esto simplemente a Juan Guaidó y a la alternativa democrática sería minimizar un proceso muy complejo que nos ha tomado años consolidar, para llevar la dictadura a una mesa, en la que es una de las partes.
Queremos discutir garantías políticas y electorales, cronograma electoral, levantamiento progresivo de sanciones [de EU], respeto a la Constitución, resarcir a las víctimas, cese de la violencia de la dictadura y seguimiento al proceso.
Si se fracasa en México y Maduro siga inamovible, ¿hay plan B?
—No partimos de la buena fe de la dictadura, que no está inamovible y depende de financiarse con narcotráfico y ‘oro de sangre’ [minería ilegal], de ápices de reconocimiento y legitimidad. Por eso, celebró iniciar el proceso en México: tiene necesidades.
Para los venezolanos, lamentablemente, que no haya acuerdo significa profundizar el conflicto. Maduro no puede gobernar, no tiene cómo. El régimen se robó los recursos de Venezuela.
Que el régimen evite o diluya el acuerdo sería negativo para los venezolanos y mayor presión a Maduro. El conflicto es muy doloroso, sólo comparado con indicadores de países en guerra.
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