La Organización No Gubernamental (ONG) Médicos Sin Frontera (MSF) inició el pasado mes de mayo operaciones en la población Bajo Chiquito, la primera localidad panameña a la que llegan los migrantes luego de cruzar la peligras jungla de Darién, así lo reseñó TAL CUAL.
También iniciaron operaciones en las cercanas Estaciones de Recepción Migratoria (ERM) organizadas por Panamá en San Vicente y Lajas Blancas.
Durante junio de 2021, cerca de 11.000 migrantes fueron registrados por Panamá tras llegar desde Colombia atravesando esta peligrosa zona, donde arriesgan su vida sorteando montañas, precipicios, barros, caídas continuas o súbitas crecidas de ríos.
El trabajo de MSF
Hasta ahora, el equipo de Médicos Sin Fronteras en estas zonas cuenta con 15 trabajadores entre personal médico y de enfermería, de psicología y logistas; lo que ha hecho posible hacer frente al número de consultas médicas demandadas la cual sobrepasó las 6.000 durante el pasado mes de julio.
Muchas de las consultas son producto de laceraciones por caídas, afectaciones cutáneas por picaduras y afectaciones en los pies, fruto de largas caminatas en terreno húmedo y embarrado, según una Q’ Pasa en Venezuela.
De acuerdo con MSF, los migrantes que cruzan el Darién relatan que son objeto de bandas criminales que los asaltan quitándole sus pertenencias, e incluso, la comida que llevan para el camino, reseñó el portal web Runrun.es.
Así lo dio a conocer Juan, cubano de 59 años, quien contó que fue asaltado. “Nos asaltaron al segundo día, un grupo de unos 7 u 8 hombres, con fusiles, con machetes. Te registran y te quitan el dinero, los celulares, la comida, incluso la olla para cocinar. A las mujeres, las registran en sus partes íntimas, las amenazan, las separan del grupo y las violan. A algunas, repetidas veces”, dijo.
La organización informó que durante julio, se facilitó la evacuación por urgencia médica a 14 pacientes.
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